La última novela de la escritora Clara Usón, titulada Valor, hace que el lector tenga la sensación de estar leyendo, no una historia, sino tres a la vez. Juega de una manera muy inteligente a entrelazar historias, y aunque está dividida en tres partes o capítulos, en las que en cada una se desarrolla una historia principal, todas conviven simultáneamente. La autora cambia de una a otra, no en una misma página, ni en un mismo párrafo, sino que lo llega a hacer con tal delicadeza y astucia que lo consigue en una misma frase. Al comienzo este recurso puede chocar un poco como lector, al tener una sensación de incertidumbre de que nada encaja; pero ahí es donde reside el misterio. Aunque la obra no presenta grandes dificultades de lectura, si que es cierto, que requiere cierta concentración debido al constante cambio de tiempos y de espacios.
En el primer capítulo es donde más se nota este atrevimiento de la escritora, dado que de un momento a otro podemos estar en la habitación de Mar, una adolescente de quince años sentada frente a su ordenador, con el libro de historia abierto, con un póster de Justin Bieber colgado en una de las paredes, a estar hablando con su madre, una directora de sucursal de una caja levantina que ha vendido preferentes, a pasar a encontrarnos en 1930 con Fermín Galán, un joven militar que decide poner en práctica sus ideales republicanos encabezando la revolución llevada a cabo en Jaca, o incluso retornar de nuevo al siglo pasado y estar en la historia de un fanático sacerdote en el campo de concentración de Jasenovac, situado en el Estado Independiente de Croacia, durante la Segunda Guerra Mundial.
En todos los personajes, tanto en los principales como en los no menos importantes secundarios, la autora profundiza en aquello que le da fuerza para seguir adelante, el valor; todos y cada uno de ellos se deben enfrentar a situaciones de riesgo, poner a prueba el coraje que poseen. El amor, el dinero, la revolución o la fe, harán que lo consciente solo sea una pequeña barrera para llegar a superarlos.
Una lectura entretenida, que utiliza grandes recursos literarios, y que la hace una obra muy peculiar. Entrelazando personajes, tiempos y espacios, los lectores quedarán asombrados por la complejidad que esto supone, y en la que en última instancia, la autora aborda la esencia de toda gran narración: “la complejidad de la naturaleza humana y sus contradicciones.”
Mariña Rodríguez Arichabalaga (1º BI)